La «empresa competitiva» y por extensión la «Región con una economía competitiva», genera y mantiene sólo los puestos de trabajo imprescindibles para competir en el presente y prepararse para el futuro.
Si compite en diferenciación por innovación, la empresa deberá tener las mejores cabezas pensando, investigando y en definitiva trabajando para mantener la ventaja diferencial que le permite destacarse sobre sus competidores e incluso presentarse y mantenerse en el mercado con un precio superior.
Si la empresa compite en costes, para seguir siendo competitiva en el mercado deberá «robotizar » la producción al máximo y optimizar permanentemente sus procesos para, aprovechando sinergias y economías de escala, mantener su ventaja comparativa, que en este caso es poder aguantar siempre un precio de venta bajo con algo de margen.
Las empresas del primer tipo son de empleo selectivo pero las del segundo tipo también, porque la alternativa a la «robotización» es la deslocalización a países con muy bajos salarios en el que la mano de obra sustituye a la máquina.
¿Cuál es entonces la solución al empleo en un país como España?
Ojalá supiera la respuesta, pero lo que me parece más lógico es estimular la creación de más empresas.
Leí en tiempos una estadísticas que venía a decir que hacían falta muchísimas ideas para que alguna de ellas llegara a ser empresa, y que sólo muy pocas de éstas sobrevivirían a los 5 años. Vamos que de la cantidad sale la calidad.
Si no somos capaces de tener en España una educación seria, realista, rigurosa, que permita a los mejores desarrollar al máximo sus capacidades para llegar a ser científicos, técnicos y fundamentalmente emprendedores, las probabilidades de crear empresas y valor económico en este país tenderán a cero.
Sin una cultura nacional que premie el esfuerzo y admire el éxito alcanzado limpiamente, tenderemos a la media global, que en términos competitivos es la mediocridad y por tanto la ruina económica.
Deberíamos crear las condiciones para que toda la energía y conocimientos de los jóvenes que terminan sus estudios universitarios, se canalizaran hacia la innovación en los postgrados o hacia la creación de microempresas.
Seguramente muchas de ellas no sobrevivirían a los 5 años pero algunas sí y de todos modos muchos jóvenes habrían aprendido lo que es intentarlo y lo que no hacer en un segundo proyecto.
Son momentos difíciles para crear empresas y las empresas españolas que se mantienen en el mercado han cerrado la puerta a las contrataciones. Es grave el problema de los veteranos en el paro, pero peor es ver irse de España nuestro mejor futuro, nuestro talento.
Nuestros jóvenes más preparados se van. Se van los mejores porque se les contrata fuera en empresas, universidades, centros tecnológicos y de investigación, que compiten en el mismo mercado en que muchas empresas, universidades y centros tecnológicos españoles hacen agua.
Hemos puesto muchas ilusiones y gastado mucho dinero en nuestros jóvenes. El 50 % de ellos está sin trabajo en España y ese problema es la mayor decepción de una sociedad o al menos la mayor frustración de todas las familias españolas que tienen hijos en esa edad.
¿ Volverá nuestro futuro?
EDM
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