Barack Obama, President, talked with David Cam...

Barack Obama, President, talked with David Cameron, Prime Minister, and Angela Merkel, Chancellor, at the 36th G8 summit in Muskoka District Municipality, Ontario Province on June 25, 2010. (Photo credit: Wikipedia)

Parece como si los medios, al menos los españoles, representaran a Merkel y Hollande como los líderes de dos corrientes económicas opuestas. Uno señala con el dedo un camino en una dirección y en la opuesta está ella, diciéndonos que no hay más salida que la que ella propone.

Las esperanzas de unos países, principalmente los del norte, se depositan en Merkel porque en ella se personalizan el orden y la rigurosidad. La idea de que «de dónde no hay, no se puede sacar» resulta razonable y la prueba de que hay que limitar el gasto, priorizar determinadas actuaciones posponiendo otras y hacer cosas de calidad para poder venderlas por el mundo, es el argumento que Alemania nos da para poder sacar de la nada  a una economía tal y como ella hizo con la otra Alemania a la que integró tras la caída del Muro de Berlín.

Frente a esa visión una gran parte de ciudadanos europeos, principalmente los del sur, consideran que la austeridad llevada al extremo supone el estancamiento y que la economía, igual que una bicicleta, necesita movimiento para poder mantenerse y avanzar. Según éstos, lo que Europa necesita es dinero para que, a modo de lubricante, el engranaje empresarial pueda pagar sus deudas, reactivar sus compras, volver a producir, vender, cobrar……etc.

Este debate tan simple da mucho más juego en las discusiones y tertulias que datos y términos que pocos de los que intervienen en ellas comprenden y que por tanto, es mejor no utilizar cuando se trata de dar una opinión entre aparentes entendidos.

Contextualizar es siempre necesario para acotar el problema, pero cuando hay que operar a vida o muerte no es conveniente irse por las ramas o entrar en la eterna discusión de «si son galgos o son podencos».

En mi opinión la discusión no es Austeridad versus Crecimiento, la discusión es quién pone dinero, a quién se le puede dar con garantías de que pueda crear valor y devolverlo y a quién no hay que dárselo porque lo dilapida.

La cuestión es otra vez qué entendemos por dinero. Si el dinero es algo que, como creen los niños, sacan los padres de una pared, el cajero automático, entonces no es problema: le decimos al Banco Central Europeo que emita euros y ya está…..inyectamos liquidez y empujamos la bicicleta de la economía.

Si como saben bien los padres, el dinero que da el cajero automático es lo que se obtiene como salario después de trabajar y que desaparece rápidamente cuando se pierde el trabajo, la cosa es diferente porque dar una parte de ese dinero a otro supone un gran sacrificio, mayor cuando las perspectivas de mantener el trabajo son inciertas y ese «otro», al que hay que dejarle el dinero, no es de toda confianza.

Obama pidió ayer al Banco Central Europeo que compre deuda Italiana y Española para dinamizar estas economías. La Reserva Federal es lo que está haciendo continuamente para expandir su economía. El problema está en que decir eso equivale a decirles a los alemanes y a los franceses que compren esa deuda, y aunque ahora con Hollande Francia parezca estar más dispuesta a ello, pero Alemania cree que hay que esperar más tiempo para reducir el riesgo de que como Grecia, Italia y España no puedan pagar y vayamos de mal en peor.

Todos los que necesitamos el dinero para pagar la hipoteca y el colegio de los niños estaremos con Obama, pero los que tienen el dinero y aunque parezca mentira, no les sobra, quieren garantías de que ese dinero no lo van a perder. ¿ Si el dinero fuese suyo, Vd. qué haría?

E.D.M.