Efecto coanda

Efecto coanda (Photo credit: Wikipedia)

Si la semana pasado habló Rajoy y se nos puso el vello de punta, oír esta noche a Rubalcaba ha incrementado la sensación de vértigo, al menos la mía, de quienes viajamos en esta nave llamada España.

Ninguna propuesta nos ha hecho el líder de la oposición para aclarar nuestro futuro, que no sea hacer lo contrario de lo que propone el actual Gobierno, negándose al rescate.

Es curioso, porque si además Rubalcaba aseguraba que Rajoy está haciendo lo contrario de lo que prometió antes de las elecciones , todos podíamos pensar que lo que ahora propone Rubalcaba es lo mismo que lo que prometía hacer Rajoy como oposición y ahora no hace como Presidente. Lo contrario de lo contrario.

En resumen, mucho esgrima dialéctico en lo que importa a la cartera de los españoles y profundos chascarrillos en relación con las elecciones autonómicas, que parece que es de lo único de lo que nuestros políticos saben.

Para mí que estas entrevistas faltaba el café. Ese café del que Zapatero no sabía su precio, pero que tal vez ahora, por las restricciones y recortes, no puede ofrecerse ni al presidente, ni al líder de la oposición.

Tal vez un café negro y fuerte hubiese animado a los periodistas a entrar en materia, sobre todo cuando se apunta sin disparar.

Tenía razón Rubalcaba al matizar que lo de no gastar más de lo que se ingresa no es correcto y que por eso existe el crédito. Es cierto que es así y que realmente lo que no hay que hacer es gastar más de lo que se puede pagar.

La pena de este país es que el crédito que necesitamos hoy es para pagar las deudas de los últimos años y como debemos tanto dinero, lo que nos dan no es suficiente para contentar a nuestros acreedores y como de dónde no hay no se puede sacar, pues hay que gastar menos ya que si no pagamos nuestras deudas ya no nos darán crédito y por tanto, llegados a ese punto ya no se puede gastar ni siquiera lo que no se ingrese.

De una realidad hemos pasado a otra, sólo por la fata de prudencia  competencia profesional de quienes nos han administrado, nuestros políticos, y de quienes han forzado la máquina del crédito embaucando a la sociedad. ¡ Qué poco se ha hablado de esto en las dos entrevistas a las que hemos asistido por la TV!

Lo que me ha quedado claro es que el discurso del candidato siempre debe ser el contrario del del presidente ando se compite por el  poder.

Buenas noches,

EDM