
Unlike previous Titanic films, Cameron’s retelling of the disaster showed the ship breaking into two pieces before sinking entirely. The scenes were an account of the moment’s most likely outcome. (Photo credit: Wikipedia)
Es una tontería, pero siempre he pensado que las empresas deberían ser de corcho. Si así fuera, nunca se hundirían.
En estos momentos vemos como a muchas empresas, pequeñas pero también grandes y muy grandes, se las traga el mar de la crisis.
El tamaño no importa tanto como nos querían hacer creer para reducir costes generales. En la estrategia de algunos directivos de la última década estaba crecer, porque «sus beneficios» estaban en el «bonus» y en los incentivos que se ponían por objetivos de crecimiento a costa incluso de márgenes y rentabilidad.
El corcho tiene menos glamour y brilla menos que el mármol y el acero de una gran red de modernas oficinas, pero flota.
La prudencia parece timorata, pero es la principal virtud que deberíamos valorar en quienes deben velar por el bien común.
He visto una felicitación de Navidad del 2010 de la Can que nos debería hacer reflexionar a todos sobre lo que pasó aquí, en Navarra, hace tres años. Adjunto el enlace. Que cada uno saque sus conclusiones.
https://www.youtube.com/watch?v=GB2FrnHb7og
Buenas noches,
EDM
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