La deuda pública que debemos de pagar es la causa de que muchos servicios y por tanto empleos públicos, desaparezcan.
Nos habíamos acostumbrado a un nivel de vida superior al de nuestros ingresos, es cierto y también a que nuestros servicios públicos fuesen del norte de Europa pero con impuestos de sur, ¡vaya chollo!, pero mal que bien podríamos haber reconducido la situación si no hubiéramos incurrido en unas inversiones públicas desproporcionadas.
De 2005 a 2011 la fiebre de la Obra Pública trastornó a nuestros políticos de todo signo y condición. Hacerlo más grande, más bonito y mucho antes, se presentaba como la prueba tangible de la acción política y de que obras eran amores …….
El enorme endeudamiento público que descubrimos, casi por casualidad, cuando Eurostat no atendió a los argumentos de que los peajes en la sombra y otros tipos de contrataciones no liberaban a las Administraciones Públicas de sus responsabilidades económicas, pinchó la burbuja de nuestro bienestar social.
Con este cambio de paradigma, se resquebrajaron los principios conocidos de la actividad política , y cuando no hay estrategia ni táctica, el entrenador y sus técnicos piden a sus jugadores morir en el campo.
Servicios y servidores son los recortes que pagan las deudas a las que nos comprometieron nuestros políticos, sus promesas y nuestros votos.
Nuestra clase política estaba acostumbrada a jugar en campos de hierba de primera división, por eso ahora cuando el terreno de juego es un pedregal embarrado, le resulta incluso difícil saber dónde está el balón . Era más bonito el juego del tiki-taka con una afición entregada, que el jugarse el tobillo para despejar como sea.
EDM
Deja tu comentario