Parecía que Rajoy se había transformado en esfinge.
Su silencio, su quietud, ya casi me había convencido de que el Presidente del Gobierno y también presidente del PP, había entrado en un trance casi hipnótico, probablemente para alejarse y ver a nuestro país y a su partido con esa perspectiva que dicen, siempre permite una visión mejor y un juicio más objetivo. Tanta perspectiva y tanta distancia había cogido el Presidente para estudiar nuestros problemas, que ya parecía no ser de este mundo, no estar entre nosotros.
Como si del Laboratorio Espacial se tratase el lugar que ocupaba nuestro Presidente, los periodistas primero y luego nosotros, hemos podido seguir sus mensajes a esta tierra por TV. Una pantalla de plasma ha sido el medio utilizado por Rajoy para comunicarse y eso que el pueblo, su pueblo, lleva varios meses pidiéndole aclaraciones sobre cuestiones que van más allá de las que afectan a nuestro trabajo o a nuestra cartera que son sin duda importantísimas, pero para las que su pueblo le había otorgado su confianza mayoritariamente.
Si en estos meses, en estos últimos meses, se pide a Rajoy que nos hable y al no hacerlo aquella confianza que se otorgo al Presidente de España y del PP se resquebraja, es porque la sospecha de que han existido malas prácticas en el PP se extienden entre el pueblo y entre los simpatizantes del partido y la esperanza de progresar en transparencia y claridad, fueron una de las principales razones por la que muchísima gente le dio su voto.
Es casi una prueba de faquir soportar sin inmutarse el molesto zumbido de las abejas revoloteando alrededor y aguantar los picotazos de sus aguijones sobre todo el cuerpo. El caso Bárcenas debe ser mucho peor que una legión de abejas.
Es verdad, un presidente no está para salir a dar explicaciones cada vez que los medios sacan un rumor, un comentario, pero no es el caso. La magnitud del caso Bárcenas y los efectos anímicos que esta teniendo en la sociedad española, merecen la intervención del máximo responsable del PP que además es el Presidente de España. Su credibilidad está en juego.
Que nos digan que las cuentas cuadran y que el Tribunal de Cuentas las han visto, no significa que no se haya llevado una doble contabilidad fuera del circuito «oficial». Tampoco basta hacer públicas las declaraciones de renta. A la gente no le importa tanto que un político gane mucho más que un funcionario, como que le engañe.
No aclarar este tema cuanto antes, hará mas débil al Presidente que ha votado la mayoría del país y hará más débil al país.
Hoy gracias a los polacos, cuyo Presidente visita nuestro país y ha propiciado una rueda de prensa conjunta, sabemos que Rajoy sigue vivo, alejado de nosotros, pero vivo…… Ojalá que reaccione pronto porque este país, más que nunca necesita un líder.
EDM
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