Estoy visitando por razones familiares un Centro Geriátrico.
La experiencia es muy interesante porque cuando se trata de nuestros seres mas queridos e indefensos, nuestra sensibilidad nos hace fijarnos más en la manera en que son atendidos, se les ayuda y en definitiva se les trata.
Todo esto tiene que ver con la competitividad, porque tiene que ver con la competencia.
Estos Centros tienen que cubrir los costes de los servicios que proporcionan y para ello compiten en el mercado como cualquier entidad.
Algunos aducirán que estos servicios son derechos de los ciudadanos y que por tanto, el Estado debe hacerse cargo de ellos garantizando su accesibilidad para todos.
El estado podrá garantizar la calidad de las infraestructuras, la profesionalidad de los servidores, pero ni el Estado ni nadie podrá garantizar el cariño, el amor, con que vemos que niños y mayores son tratados por algunas personas.
La profesionalidad asegura la asepsia, pero el cariño asegura el trato humano.
La vocación es ese plus que hace que los profesionales, hagan de su profesión una manera de ayudar a los demás